Los materiales compuestos utilizados en el tránsito ferroviario demuestran una excelente resistencia térmica, lo que les permite soportar una exposición prolongada a las altas temperaturas y las exigentes condiciones operativas habituales en las aplicaciones ferroviarias. Su naturaleza robusta garantiza la longevidad y el rendimiento de diversas piezas críticas. Entre las principales aplicaciones de BMC y SMC en el mercado del transporte ferroviario se incluyen aisladores de tercer carril, bastidores de asientos duraderos, etiquetas de comunicación, contactores de alta tensión, travesaños de trenes y portaescobillas de motores de tracción, todos ellos beneficiándose de las excelentes propiedades térmicas y mecánicas de estos materiales avanzados.